La sospechosa, cuyo nombre no fue revelado debido a ser menor de edad, fue acusada el miércoles de homicidio involuntario y posesión criminal de un arma en la muerte de Prince Shabazz el 30 de noviembre.

Ese día el joven paseaba con su hermano de 15 años pasadas las 9:15 p.m. cuando un par de personas armadas enmascaradas los emboscaron en Morris Avenue, cerca de East 182nd Street en el vecindario Fordham Heights, según la policía de Nueva York.

Los pistoleros supuestamente tenían como objetivo al hermano mayor, que es un aspirante a rapero. Las imágenes analizadas por New York Post captaron a uno de los atacantes: primero se escondió detrás de un automóvil estacionado y luego saltó y abrió fuego contra los hermanos.

Los adolescentes se dieron la vuelta y trataron de huir calle abajo, pero el pistolero los persiguió y siguió disparando salvajemente. Shabazz de repente cayó y su hermano no identificado siguió adelante.

El herido fue llevado al Hospital St. Barnabas, donde lo declararon muerto. Su hermano no resultó herido. “Mi hijo era inteligente, carismático, querido y todo lo que le importaba era verse bien”, dijo la desconsolada madre no identificada.

No está claro si NYPD ha identificado al otro pistolero. Todos los cargos son meras acusaciones y se presume que las personas procesadas son inocentes hasta que se pruebe su culpabilidad en un tribunal. 

Luego del auge de tiroteos en 2020 y 2021 particularmente entre jóvenes miembros y/o víctimas de pandillas, el 2022 ha mantenido la misma tendencia. En muchos casos los pistoleros usan armas “fantasma”, llamadas así porque carecen de serial para ser rastreadas y suelen ser de fabricación casera.

Los jóvenes son cada vez más protagonistas en la violencia armada de Nueva York como víctimas y victimarios, particularmente balaceras y ataques con armas blancas. Un reciente informe de la policía de Nueva York encontró que la reincidencia entre los adolescentes aumentó drásticamente durante los últimos cinco años.