Resulta ser que uno de los pasajeros emitía tan mal olor que provocó que otros se desmayaran y algunos otros vomitaran por tan tremendo hedor.

Minutos después del despegue, miembros de la tripulación se percataron que un caballero que viajaba en el avión despedía un mal olor, así que de inmediato lo llevaron a uno de los baños del artefacto para evitar un desvío del vuelo; sin embargo, el esfuerzo fue en vano, pues ya había causado repercusiones en otros viajantes.

“La gente vomitaba, cayó enferma… El hedor era gigantesco. El hombre olía fatal. Desde que llegó al pasillo, la gente comenzó a gritar y se puso a buscar pañuelos para tapar las nariz”, comentó uno de los pasajeros a bordo a diversos medios.

“Los de las últimas seis filas huyeron hacia la parte de adelante. La tripulación sacó botellas de perfume para rociar el avión, pero el horrible olor no desaparecía”, comentó Piet Van Haut, otro de los pasajeros, al diario holandés De Telegraaf.

Tras el aterrizaje, la tripulación sacó por la fuerza a este pasajero “incómodo” y fue trasladado en ambulancia a un hospital. Un equipo de limpieza ingresó para hacer su trabajo en todo el avión para así poder continuar con el viaje.