Quince pasajeros resultaron heridos este jueves tras un brusco descenso del vuelo 1230 de JetBlue Airways que cubría la ruta Cancún-Newark y tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia en el Aeropuerto Internacional de Tampa, Florida.
La aeronave, un Airbus A320 con capacidad para 162 personas, perdió cerca de 100 pies de altitud en apenas siete segundos, dejando múltiples heridos leves y moderados entre pasajeros y tripulación. La tripulación informó de un “problema de control de vuelo” antes de pedir prioridad para aterrizar en Tampa.
A su llegada, los servicios médicos y de emergencia evaluaron a los afectados en la pista. Quince personas fueron trasladadas a hospitales cercanos para recibir atención y evaluaciones adicionales. Vivian Shedd, portavoz del cuerpo de bomberos de Tampa, confirmó que las lesiones fueron catalogadas como heridas leves y ninguna puso en riesgo la vida de los pasajeros.
JetBlue también aseguró que todos los heridos presentaron condiciones “no críticas” según los protocolos de seguridad aérea. Mientras tanto, la Administración Federal de Aviación (FAA) abrió una investigación para determinar las causas del abrupto descenso, en un contexto donde la seguridad en vuelos comerciales se encuentra bajo especial vigilancia.
La rápida reacción de la tripulación y los servicios de emergencia permitió minimizar un escenario que pudo haber sido mucho más grave, y se mantiene un seguimiento estricto a la evolución de los heridos hospitalizados tras este incidente aéreo.