En comparación con los que nunca o rara vez añadían sal, las personas que siempre añadían sal a sus alimentos tenían un 28 % más de riesgo de morir prematuramente, que se definió como fallecer antes de los 75 años.

En el estudio no se tuvo en cuenta la sal añadida durante la cocción de los alimentos.

A la edad de 50 años, los hombres que siempre añadían sal a sus alimentos mostraron una esperanza de vida reducida en 1.5 años, mientras que la esperanza de vida de las mujeres se redujo en 2.28 años en comparación con las personas que nunca o rara vez agregaban sal.

El estudio fue dirigido por el profesor Lu Qi, de la Facultad de Salud Pública y Medicina Tropical de la Universidad de Tulane, Nueva Orleans.

El estadounidense promedio come demasiado sodio en exceso. “Agregar sal a los alimentos en la mesa es un comportamiento alimentario común que está directamente relacionado con la preferencia a largo plazo de un individuo por los alimentos con sabor salado y el consumo habitual de sal”, dijo Qi.

En la dieta occidental, agregar sal en la mesa representa del 6 al 20 % de la ingesta total de sal. Más del 70 % del sodio que consumen los estadounidenses proviene de alimentos envasados, preparados y de restaurantes, no del salero. Aún con ello, agregar menos o nada de sal a los alimentos en la mesa, puede resultar en beneficios sustanciales para la salud, indica Qi.

El cuerpo necesita muy poca sal

La Asociación Estadounidense del Corazón (AHA) señala que el cuerpo necesita solo una pequeña cantidad de sodio (menos de 500 miligramos por día) para funcionar correctamente. La cantidad en menos de ¼ de cucharadita de sal.

La Organización Mundial de la Salud recomienda que los adultos consuman menos de 2 g de sodio al día equivalentes a 5 g de sal por día.

Altas cantidades de sodio puede provocar hipertensión arterial, enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. También puede provocar pérdidas de calcio y afectar la salud ósea.